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El VEGAPULS 64 brinda seguridad al proceso de cristalización en la producción de azúcar

Según el Ministerio de Agricultura de Estados Unidos, se producen alrededor de 175 millones de toneladas de azúcar cada año. Dos tercios del consumo anual se procesa a nivel industrial en bebidas, bollería, cremas de untar y productos lácteos. La empresa sudafricana RCL FOODS SUGAR AND MILLING (PTY) LTD está especializada en distintos productos azucarados. Entre otros productos, fabrica azúcar granulado refinado y moreno. Para la fabricación de los distintos tipos de azúcar se necesita sobre todo una buena sincronización, pero también unos robustos componentes. Primero se muele la caña de azúcar y, en el paso siguiente, se extraen el jarabe de azúcar y los cristales mediante distintos procesos. En la siguiente estación de evaporación, el agua se drena progresivamente del zumo concentrado hasta conseguir una concentración de azúcar determinada. Los cristales de azúcar más finos se introducen en el cristalizador para iniciar el proceso de cristalización. Con la progresiva eliminación del agua, los cristales van creciendo hasta alcanzar un determinado tamaño. A continuación, una centrifugadora separa el zumo de los cristales. Posteriormente, los distintos tipos de azúcar se almacenan y empaquetan, y ya están listos para su venta.
El proceso de cristalización tiene lugar en un entorno cálido. Las elevadas temperaturas del proceso y del producto, que pueden alcanzar los 100 °C, forman parte del día a día, igual que el vapor y la condensación. En la parte de la planta en la que también se utiliza la tecnología de medición de VEGA, se hierve el zumo a 64 °C en condiciones de vacío. La depresión permite que el agua ya se evapore entre los 65 °C y los 80 °C, y evita que el azúcar se caramelice y oscurezca a estas temperaturas. A continuación, la masa se pasa al proceso de cristalización. La planta de RCL FOODS dispone de dos cristalizadores. El problema es que todo el contenido del proceso de cocción debe caber en uno de los cristalizadores. Para ello, el nivel del cristalizador correspondiente debe ser inferior al 15 por ciento, ya que de lo contrario podría producirse un sobrellenado y las personas podrían resultar heridas debido al caliente líquido.
Si, por el contrario, el nivel es demasiado alto, se bloquea el control y el llenado ni siquiera empieza, lo que podría implicar tener que desechar todo el lote. El azúcar es muy sensible: si no se mantienen las condiciones de proceso, es decir, el tiempo de permanencia y la temperatura, puede llegar a afectar las propiedades del producto. Ambas situaciones provocan unos largos tiempos de inactividad y grandes pérdidas de producción, lo que significa que los instrumentos de medición deben ser muy robustos y completamente fiables.

La prueba con el instrumento de medición de nivel radar VEGAPULS 64 transcurrió sin ningún tipo de problema, ya que se pudo montar fácilmente en las tubuladuras de medición ya existentes.

Hasta el momento, se utilizaban instrumentos de medición de nivel radar en los cristalizadores de azúcar a pesar de que tenían que enfrentarse continuamente a los desafíos específicos del proceso. El cristalizador dispone de un agitador para evitar que se formen cristales en el fondo del depósito, un hecho que por sí solo puede provocar señales de fallo. El depósito se limpia regularmente con vapor, ya que de lo contrario estos cristales de azúcar se adhieren a los agitadores y las paredes del depósito, y adquieren una consistencia tan dura como el cemento. Por este motivo, el depósito incluye unas válvulas en el fondo que se pueden abrir para que entre el vapor caliente. Para los instrumentos de medición esta es su primera prueba de resistencia, ya que entran en contacto directo con el caliente vapor. VEGA propuso instalar un VEGAPULS 64 a modo de prueba en uno de los dos cristalizadores, con una conexión a proceso de 40 mm. Tras ver las curvas de ecos del nuevo instrumento, RCL FOODS pronto decidió utilizar el VEGAPULS 64, que ha suministrado unos valores de nivel continuos desde entonces.

La versión con brida del VEGAPULS 64 suministra unos valores de nivel fiables y precisos incluso en las condiciones de producción más duras de RCL Foods.

Con el sensor radar se solucionaron varios problemas al mismo tiempo. La junta Kalrez del VEGAPULS 64 evita que la humedad penetre en la conexión a proceso. Además, el estrecho ángulo de apertura del VEGAPULS 64 garantiza que el haz del radar pasa sin dificultades por las sedimentaciones de azúcar. Y todo ello gracias a la frecuencia de medición del sensor a 80 GHz (anteriormente era de 26 GHz). Además, se pudo reducir notablemente el ángulo de apertura. Ni siquiera las agresivas condiciones de proceso logran ya hacer mella en el instrumento de medición, y las señales de fallo han desaparecido.
RCL FOODS trabaja con VEGA desde hace más de una década y, sobre todo, aprecia a su filial en Sudáfrica por su excelente servicio. Además de que desde su punto de vista, la empresa no tiene competencia en lo que respecta a la fiabilidad y la alta calidad de los instrumentos. Para los técnicos y operadores de proceso en los cristalizadores de esta empresa sudafricana, la seguridad de esta parte de la planta ha aumentado notablemente gracias a la medición de nivel, que desde el principio funciona sin mantenimiento.
VEGAPULS 64

VEGAPULS 64 Focusing

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