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Reducción de los cuellos de botella en la producción con el VEGAPULS 69

En el lenguaje común, Australia a menudo se conoce como «el continente rojo». Un sobrenombre que debe a los espectaculares colores de Ayers Rock y a la composición del suelo, ya que el color rojo de la tierra está formado por los minerales bauxita y laterita. Ambos tienen un alto contenido de hierro que al contacto con el aire se oxida y se vuelve de este color rojo oxidado que le dio su nombre al continente. Estrictamente hablando, solo brillan de color rojo los desiertos de la región del Territorio del Norte. Pero el color es una buena señal para la industria extractiva de Australia, que constituye un sector muy importante para el país. Al fin y al cabo, la mayor parte del tonelaje exportado es mineral de hierro.

En concreto, la región noroeste de Australia, comúnmente conocida como la región «Pilbara», alberga algunos de los yacimientos de mineral de hierro más grandes del mundo. Los clientes más importantes para esta materia prima son las plantas siderúrgicas chinas. Una de las empresas mineras no logró cumplir sus objetivos de tonelaje de exportación, lo que provocó una escasez de suministro para sus clientes. En consecuencia, se inició una investigación en uno de los sitios principales para descubrir y eliminar los cuellos de botella. Todos los aspectos del proceso se examinaron en detalle, desde la primera voladura hasta la carga de los trenes de mineral de hierro, que transportan la materia prima a los puertos de exportación. Los equipos solo encontraron un punto en el que algo fallaba: el control de nivel del mineral en varios puntos de medición de la planta. Sobre todo, no funcionaba de forma fiable en los puntos donde se tritura el mineral.
VEGA Australia ha estado trabajando en la fábrica durante mucho tiempo y siempre les ha animado a introducir una nueva tecnología. En 2004, la empresa lanzó al mercado el primer sensor de nivel radar para sólidos a granel del mundo, el VEGAPULS 68. Estos sensores radar se instalaron por toda la planta, de modo que ante los requisitos actuales para optimizar los procesos, recurrieron a VEGA.

 

Menos reflexiones de interferencia gracias a los sensores radar de 80 GHz

El robusto sistema de antena cerrado del VEGAPULS 69 no sobresale en el depósito y, gracias a su principio de medición sin contacto, garantiza una elevada disponibilidad de la planta.

Primero, se investigaron los procesos de triturado secundarios y terciarios. En los procesos rápidos de llenado y vaciado, el sensor radar no podía seguir el nivel actual. Además, debido al amplio ángulo de apertura de los sensores existentes, se producían considerables reflexiones de interferencia, que no hacían más que proporcionar mediciones defectuosas. El nuevo sensor radar de 80 GHz prometió una mejora potencial en este aspecto.
Además, en la tecnología radar, el ancho del haz está determinado por dos factores: la frecuencia de funcionamiento y el diámetro de la antena de trompeta. Los instrumentos instalados hasta el momento funcionaban con 26 GHz y tenían un diámetro de trompeta de 95 mm, lo que daba como resultado un ángulo de apertura de 8°. Como resultado, siempre había el mismo problema: se detectaba la trituradora en lugar del mineral. La frecuencia de emisión del VEGAPULS 69 es de 80 GHz, lo que permite un ángulo de apertura de 3,5°, una mejora de más del 50 %. VEGA Australia suministró inicialmente algunos instrumentos de prueba y ayudó al cliente con la puesta en marcha tras la instalación.
El resultado fue inmediatamente evidente. Gracias al nuevo instrumento de medición, se logró un control del nivel mucho más fiable. Sobre todo, se apreció una enorme mejora gracias a la mayor precisión de la focalización. Por lo tanto, el problema de que el eco fuera detectado por las cámaras principales de la trituradora en lugar de por el producto se resolvió de manera fiable. Los instrumentos se probaron durante un período de tres meses, se registró el rendimiento y se comparó con los instrumentos de medición instalados inicialmente. El VEGAPULS 69 ya no se movió del lugar.

Conclusión y perspectivas

Por supuesto, actualizar el sensor de nivel no fue la única acción que adoptó la empresa para aumentar la eficiencia. También se mejoraron o sustituyeron muchas otras partes del equipamiento operativo, y se ajustaron y sincronizaron varios componentes de la planta. El resultado fue impresionante: lo que comenzó como una disminución temporal del rendimiento de hasta el 40 %, se mejoró, en el peor de los casos, en un 3 %. Esto ahora significa un aumento de la producción de más de 700 t por hora. Desde entonces, la empresa minera australiana ha implementado estas mejoras en todas sus explotaciones de la región.
El VEGAPULS 69 fue fundamental no solo para resolver el problema real, sino también para mejorar los procesos operativos.

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