¿Cómo llegó a VEGA?
Todo fue gracias a Mary Kay Swadener (la directora de Recursos Humanos de VEGA Americas): trabajaba en el departamento de personal de mi anterior empresa y al cambiarse a otra empresa se llevó mi dirección de correo electrónico. Dado que hacía falta cubrir algunos puestos en VEGA, se puso en contacto conmigo. Estaba preparado para iniciar una nueva etapa en mi carrera y pensé «voy a echarle un vistazo».
Uno de los puestos vacantes era en el departamento de servicio técnico del ámbito nuclear y el otro en el de servicio técnico de radar. Al final, Mary Kay me ofreció los dos y le planteé una pregunta: «¿Con cuál de los dos hay que viajar más?» En aquella época el número de viajes en el servicio del ámbito nuclear era del 90 % y, en el del radar, del 25 %. Así que le dije: «dame el del radar». En esos momentos no sabía que con el radar acabaría viajando el 90 % de mi tiempo.
¿Está viajando el 90 % de su tiempo?
No. Viajo más o menos la mitad del tiempo y en su mayor parte es para formaciones. Hay algunas excepciones como los casos especiales que requieren mi atención, pero en el servicio técnico de VEGA intentamos enviar a los compañeros nuevos para que puedan ganar experiencia. Es imposible aprender en un aula todo lo que hay que saber. Dado que muchas cosas son específicas de la empresa, es perfectamente concebible que un candidato perfectamente cualificado tarde uno o dos años en adquirir las competencias necesarias para nuestro departamento. Es inherente a nuestro trabajo.