En la industria química, es indispensable contar con los máximos estándares de seguridad en todas las etapas de los procesos. Un pequeño componente de la gestión de la seguridad global y altamente eficiente en la planta de Kaisten de BASF, en Suiza, garantiza que los procesos están completamente libres de aceite de silicona. En la monitorización de niveles durante la fabricación de aditivos para pinturas y plásticos, la medición de presión diferencial convencional a menudo llega a sus límites. Funciona con líneas capilares rellenas de aceite de silicona, que en el improbable caso de una avería, podría entrar en contacto con el producto. Por el contrario, los sistemas de medición de presión diferencial electrónica ofrecen una seguridad perfecta, pero solo con la innovadora combinación de las celdas de medición cerámica y metálica de VEGA.
En el reactor de vacío de BASF, la robusta celda de medición cerámica CERTEC® demostró ser la solución ideal para la aplicación en disolventes corrosivos y a altas temperaturas en la parte inferior del reactor. En contraposición, las condiciones en la parte superior del reactor son completamente distintas: en este caso, el vapor extremo provocaba condensaciones en la celda de medición, dando unos resultados imprecisos. Una solución obvia, que inicialmente proponía usar el sistema de presión diferencial en lugar de celdas de medición cerámicas basadas en celdas de medición metálicas METEC®, mostró un problema contradictorio. Los condensados y la humedad ya no influían negativamente en el proceso. «El valor de medición superior seguía siendo plausible y muy preciso en todas las situaciones», recuerda Markus Stoll. Sin embargo, la alta temperatura del disolvente en la zona inferior del reactor provocaba una continua desviación del valor de medición.
Fueron necesarias la experiencia, la experimentación y, sobre todo, el trabajo codo con codo entre el Departamento de Medición y Sistemas de Control de BASF y Jürgen Feser, el gestor de cuentas clave de VEGA, para que finalmente todo funcionara a la perfección. La sorprendente solución fue un innovador sistema de medición electrónico; una combinación de una celda de medición cerámica y otra metálica. Ambos transmisores de presión registran sus respectivos valores por separado y calculan la diferencia en el sensor maestro. Esto es posible gracias a una electrónica de los instrumentos que respalda estas dos celdas de medición tan diferentes. También funcionan a la perfección en el equipo mixto. «Para nuestra aplicación, esta unión supone un verdadero dream team», afirma Feser satisfecho. «Por lo que sé, solo VEGA ofrece esta combinación».