Tras el seminario lo desmontamos y empaquetamos todo rápidamente, y desde Gotemburgo nos dirigimos en coche a Estocolmo, que está a unas cinco horas atravesando Suecia, de oeste a este.
Por desgracia, era hora punta y tuve la sensación de que los 10 millones de suecos estaban dando vueltas por Estocolmo. El hotel se encontraba justo en el centro, en un centro de convenciones, y nuestra habitación, en la segunda planta «amarilla». Casi nos sentíamos como en casa. ;-)