Hace unos años, VEGA comenzó a modernizar toda la logística de la empresa y en 2019 fundó su propio departamento de intralogística. Un componente imprescindible del nuevo concepto es el robot autónomo SOTO. Desde hace varios meses apoya con éxito los procesos de producción del fabricante de tecnología de medición de nivel, detección de nivel y presión.

¿Cómo surgió la idea de utilizar un robot autónomo?
Como parte de la modernización, una de las partes que se reestructuraron fue el flujo de materiales dentro de VEGA, afirma el director de intralogística Manuel Ernst. El robot autónomo desempeña un papel importante en este sentido. Para lograrlo, VEGA colaboró con la start-up tecnológica de Múnich Magazino, que desde entonces ha sido adquirida por el especialista en intralogística Jungheinrich. Por aquel entonces, esta empresa emergente ya utilizaba un robot mucho más pequeño en una gran empresa alemana de venta a distancia en internet. Sin embargo, como VEGA tiene que transportar cajas más grandes y pesadas que las cajas de zapatos, también se necesitaba un robot más grande: SOTO.

¿Cuáles son las tareas de este robot móvil?

SOTO se utiliza en la producción. Transporta las cajas con los componentes de los sensores desde el almacén de estanterías altas hasta la línea de producción correspondiente. El robot puede «cargar» hasta 16 contenedores de material al mismo tiempo, lo que libera a los empleados de logística de una gran cantidad de trabajo. «Sobre todo, por ejemplo, en los trabajos que requieren levantar objetos pesados», explica Brigitte Sum, subdirectora de intralogística. Además de la modernización de los puestos de trabajo en la producción, donde se hizo un especial hincapié en la ergonomía, SOTO también contribuye a mejorar la salud de los empleados.

¿Qué preparativos fueron necesarios?
«Para que SOTO pudiera empezar a trabajar, fue necesario llevar a cabo algunas obras previas», afirma el asistente técnico de logística Nelson da Costa Mira. Fue necesario crear unas rutas anchas para que el robot pudiera desplazarse con facilidad. Era importante seleccionar los tamaños de los contenedores para que fueran compatibles tanto con SOTO como con los procesos de producción. Asimismo, se rediseñó por completo la comunicación entre el sistema operativo interno de VEGA y el robot. 

¿Cómo funciona la interacción entre el ser humano y la máquina?
Los procesos entre los empleados de producción y el robot se compenetran a la perfección. La solicitud digital de material del almacén de estanterías altas, que luego SOTO lleva a la línea de producción, funciona con total fiabilidad. El robot se mueve de forma segura por los pasillos que comparte con los empleados, los carros de transporte y las transpaletas manuales en las naves de producción. Está equipado con numerosos sensores, por lo que registra su entorno y puede reaccionar en cualquier momento. En consecuencia, SOTO reduce la velocidad o se detiene por completo cuando la situación lo requiere. «La seguridad siempre es lo primero», destaca el director de intralogística Manuel Ernst.

¿Se quedará en un solo robot?
«No», confiesa Manuel Ernst. A mediados de 2025, se espera que la flota crezca para incluir dos robots más del mismo modelo, mejorando así aún más los procesos de producción.

 
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