Los trabajadores de la acuicultura adoptan medidas para evitar la propagación de los branquiuros, ya sea de forma química o mecánica. Cada vez se utilizan más los desparasitadores mecánicos, llamados «tubos de piojos». Al nadar a través de estos tubos, los piojos son succionados mecánicamente del pez mediante una presión negativa. 

Los transmisores de presión de VEGA garantizan unas condiciones de proceso adecuadas y, gracias a sus conexiones a proceso cerámicas rasantes, evitan posibles riesgos de lesiones a estos sensibles animales.

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