Con 80 GHz por China

Esta vez, nuestro tour de 80 GHz me condujo a la China más profunda, es decir, a Baotou y Changchún.
Baotou tiene unos 2,1 millones de habitantes y es una de las ciudades industriales más importantes de la región de Mongolia Interior. Esta ciudad es sobre todo conocida por la explotación y extracción de tierras raras. Aquí se genera aproximadamente el 70 % de la demanda mundial. Las tierras raras se utilizan en grandes cantidades para fabricar las pantallas de los smartphones o los televisores modernos, y para los imanes de los motores eléctricos de alto rendimiento, por ejemplo, para los vehículos eléctricos. Durante la extracción de la materia prima se generan residuos, una mezcla de escoria y ácidos corrosivos que se almacenan en un lago artificial, situado a unos 10 km de las afueras. Esto entraña una importante contaminación del medio ambiente. Antes de mi llegada, ya me había formado mis propias expectativas. Sin embargo, al llegar a la ciudad quedé muy sorprendido: una infraestructura perfectamente construida, un aeropuerto moderno e increíble, y una superautopista nos esperaban de camino al hotel de 5 estrellas.

Dado que el seminario estaba previsto para el mediodía siguiente, tuvimos tiempo suficiente para montarlo y prepararlo todo. Los 60 participantes procedían de distintas regiones. Algunos de ellos habían viajado hasta 11 horas en autobús y en tren.
Un compañero hizo de intérprete, ya que muchos de los participantes no habrían podido seguir una presentación en inglés. Dado que también utilizamos la versión en chino del PowerPoint, fue una suerte que ya me supiera la presentación de memoria. ;-)

Las numerosas demostraciones fueron lo que más gustó a los asistentes y, por supuesto, el punto álgido fue la medición en el barril de cerveza del final y la representación de su contenido en la tableta mediante la comunicación Bluetooth. Muchos aprovecharon la oportunidad para probar la cerveza alemana y hacerse un selfie o una foto de grupo.

El siguiente seminario tuvo lugar en un hotel excepcional con una gran sala de conferencias para los 70 participantes. Por desgracia, justo encima de la mesa donde hacíamos las demostraciones había una enorme lámpara repleta de placas de cristal. Era realmente espectacular, pero producía algunas reflexiones un tanto raras en nuestro sensor radar que tuvimos que explicar primero. ;-)

Por la noche se celebró una cena conjunta en la sala de conferencias como suele ser costumbre en China: en mesas redondas con todos los platos habidos y por haber. Todo estaba delicioso, sin patas de pollo, medusas ni serpientes. ;-) Además del aguardiente chino, la cerveza y los zumos.
En China, en este tipo de eventos siempre hay pequeños grupos que se van acercando al anfitrión para brindar con él. La costumbre es beberse el vaso por completo. Algo que cada vez cuesta más. Por suerte la cerveza solo contiene un 2,5 % de alcohol y el aguardiente se sirve en vasos muy pequeños. A las 21 h todo terminó de repente, aunque ya me pareció bien.